Por la extensión de las licencias, los hombres quieren menos hijos

17 diciembre 2019
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La distribución de las tareas domésticas y familiares entre hombres y mujeres es un tema sobre el que volvemos con frecuencia, porque rompe estereotipos de género atávicos que sobrecargan a las mujeres y tienen profundas consecuencias también fuera del hogar: las condicionan en su vida laboral y profesional, por no decir también en su tiempo libre y recreación, a los que tienen igual derecho que los hombres. En definitiva, significan una desigualdad inicial, en el punto de partida, con un efecto de injusticia de tipo catarata que reduce su libertad y su rendimiento en el resto de los aspectos de la vida. 

Les recordamos, por ejemplo, ¡Deberías habérmelo pedido!, el cómic que pone de manifiesto la llamada “carga mental” que pesa casi exclusivamente sobre las mujeres y “La brecha de género en materia laboral”, donde ahondamos sobre las licencias por paternidad como una institución muy eficaz en el reparto de tareas y que constituyen un potente incentivo a la corresponsabilidad en la vida familiar y doméstica. 

En este caso, revisitamos la cuestión de las licencias compartidas, trayendo un informe de académicas españolas sobre los efectos de la extensión de la licencia por nacimiento a los padres en España con una conclusión más que elocuente: lo padres que tomaron la licencia están menos propensos a tener más hijos que los que no usaron de ella. 

Si bien es un estudio inicial, y las mismas investigadoras previenen sobre la necesidad de sostenerlo con indagaciones posteriores, se podría afirmar que cuando los hombres se comprometen en la crianza de los hijos, cambian su predisposición a tener otros. ¿Una prueba de lo esforzado que es un trabajo que hasta ahora minimizaban por el simple hecho de que no lo hacían? Es una pregunta interesante para hacerse con los alumnos.

A continuación, el artículo completo.

Por la extensión de las licencias, los hombres quieren menos hijos. 

El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) dio a conocer esta semana un estudio publicado en el Journal of Public Economics conducido por Lídia Farré, de la Universidad de Barcelona, y Libertad González, de la Pompeu Fabra. Las académicas hicieron una evaluación del impacto de la implementación en 2007 de las primeras licencias de paternidad de España.

La Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, que daba la opción voluntaria de faltar 15 días al trabajo, buscaba ahondar en la conciliación y en el reparto de tareas. Un 55% de los hombres que podían optar por este permiso en el primer año lo tomaron, según consigna el estudio y difunde el WEF.

Según consignan los datos de las académicas, la medida funcionó en lo que tenía que funcionar. Los hombres que tomaron el permiso se mantuvieron años después más involucrados en el proceso de crianza de los chicos, frente a los que no tomaron la licencia. Y además, las mujeres cuya pareja había tomado ese permiso mostraron mejores índices de permanencia en el trabajo que las que tenían una pareja que no había pedido la licencia. «Ayudó al reparto más igualitario de las facetas laboral y familiar, el objetivo de la medida», dice el informe.

Pero, según los resultados del estudio, muchos hombres que tomaron la licencia en esos primeros años cambiaron sus opiniones con respecto a la paternidad. «Esto es, que frente al grupo de padres que no tomaron el permiso, los padres que sí lo hicieron resultaron ser después entre un 7% y un 15% menos propensos a tener más hijos que los padres que no usaron los días que les correspondían».

«La baja de paternidad repercutió en las estadísticas generales de deseo de hijos», continúa. «Según las encuestas, al responder sobre cuántos hijos deseaban tener, cada hombre español entre 21 y 40 años pasó de querer, de media, 2.15 hijos a 2.05. Las mujeres ya deseaban previamente menos niños que los hombres (2.07), pero el efecto de la baja de paternidad fue, en su caso, contrario: un par de años tras la implantación, la mujer española decía querer, de media, 2.10 hijos. Tener niños se había vuelto más deseable».

WEF consigna que «la conclusión evidente del estudio es que, cuando los hombres deben comprometerse más con su faceta como padres, dejan de verlo como algo positivo. Es parte del caballo de batalla de la igualdad actual en España: si contamos las horas de trabajo doméstico, familiar y laboral, la mujer española dedica, de media, siete horas más de trabajo a la semana que el hombre.

«Además, mientras el 78% de las mujeres trabajadoras realizan todos los días actividades de cocina y tareas domésticas y el 47% de las trabajadoras educan a hijos y nietos, entre los hombres trabajadores sólo el 31,5% y el 32,9% respectivamente dedican tiempo a estas labores. Con todo esto, se intuye que, a medida que hombres y mujeres vayan equiparando sus jornadas, será más difícil mantener familias extensas. Al menos en los términos actuales, claro, ya que siempre podríamos ganar horas reduciendo la jornada laboral».

Agregan desde el Foro Económico Mundial que, como advierten las analistas, correlación no tiene por qué ser causalidad, y sería necesario comparar estos datos con la evolución en la implantación del permiso en otros países. «De todas formas, según David Evans, economista del Centro para el Desarrollo Global, los resultados pueden ser una corrección de una situación previamente anómala con respecto a Europa: en muchos de nuestros países vecinos los hombres llevan muchos más años tomando bajas por paternidad, y los índices de deseo de niños por parte de hombres y mujeres están allí mucho más igualados que en España».

“Por qué los hombres quieren tener menos hijos”, de La Nación del 19 de mayo de 2019