«La arena y el agua»: una propuesta teatral en la que la inclusión es protagonistaVigente
21 noviembre 2014Compartir por email
Profes, los animamos a que asistan a la obra La arena y el agua los días sábados y domingos a las 15.30 con entrada libre y gratuita. Se trata de una puesta que pone a la inclusión en el centro de la escena: dos de los actores del elenco parten desde capacidades diferentes.
La arena y el agua / Autor: Héctor Presa / Dirección: Héctor Presa / Intérpretes: Martín Fattore, Ariela Silberleib, Laura Waisman y Alejandro Zerba / Música: Ángel Mahler /Vestuario: Lali Lastra / Escenografía: Héctor Presa / Objetos: Lelia Bamondi / Sala:Teatro La Galera, Humboldt 1591, sábados y domingos, a las 15.30 / Entrada libre.
«Hay puertas que nunca franqueamos. Y nos quedamos sin saber qué hay del otro lado. Nos conformamos con prejuicios, muchas veces alimentados por temores a lo desconocido. «Hay gente que bebe arena, pero no porque le guste, sino porque nunca probó el agua», anuncia una voz infantil al comienzo de la función. Algo así les ocurre a los protagonistas. Lili y Lulo jamás vieron a sus vecinos, Lalo y Lola. Sospechan que debe ser gente peligrosa. Y lo mismo a la inversa. Hasta que por accidente una pelota pasa el muro. Primera señal de que del otro lado hay seres con inquietudes compartibles.
La arena y el agua, obra de Héctor Presa que hace unos años ganó premios en la Feria Europea de Teatro para Niños (Feten) en Gijón, vuelve en una nueva versión del grupo La Galera Encantada, que aun abreviada, redobla la apuesta. Propone derribar muros no sólo sobre el escenario, sino también para la mirada de los espectadores. Dos de los actores del elenco parten desde capacidades diferentes. Alejandro Zerba se instala en la escena como motor intenso del desarrollo de la acción. Martín Fattore contrapone un ritmo medido, de certera cautela. Ariela Silberlaib y Laura Waisman hilvanan los diálogos sin precipitar el tempo de sus compañeros.
Se abren puertas, se cierran prevenciones, aunque nada ocurre en un solo paso. Los puentes son una construcción laboriosa. Presa logró sintetizar la pieza en apenas media hora sin que se perciba que falte algo. La estructura clásica de presentación, nudo y desenlace se desarrolla de modo casi ejemplar, sencilla, apta sobre todo para los más chicos, pero también para los padres.
El desempeño actoral sigue una marcación precisa del ritmo teatral, con una alternancia justa entre la intensidad emotiva y la catarsis del humor. La convocatoria a un teatro inclusivo se convierte de este modo en una señal de que hay propuestas para compartir con las diferencias y similitudes que existen entre todos nosotros.»
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1740340-derribando-el-muro-de-los-prejuicios