Escuelas que innovan: nuevas estrategias en la enseñanza de las competencias para el trabajoVigente
30 septiembre 2014Compartir por email
Una nota explica cómo un instituto en Tegucigalpa, Honduras, ha iniciado y gestionado cinco micro-emprendimientos productivos. Se trata de un grupo de 900 estudiantes que crean y dirigen empresas reales desde la escuela.
Un pequeño conglomerado de empresas escolares crece con éxito de la mano de 900 estudiantes en el centro educativo Cerro Grande II, en la capital de Honduras.
Sin abandonar su formación académica los chicos y chicas dirigen cinco microempresas educativas, establecidas bajo un novedoso modelo agroempresarial, apoyado por maestros y padres de familia. «Con este formato buscamos que nuestros alumnos se inserten a la parte productiva de la sociedad con facilidad o por lo menos lleven una base», explicó Melvin Domínguez, subdirector del centro educativo.
El motor de esta industria escolar está en la empresa Agropecuarias del Cerro (Agropec), un proyecto de huertas escolares donde los niños y niñas siembran verduras y frutas para vender y suplir la dieta alimentaria de la merienda escolar diaria.
Cilantro, rabanitos, lechuga, espinaca, cebolla, ají, tomate, remolacha, entre otros cultivos, crecen en las parcelas artesanales de la escuela, indicó Silvia Zavala, docente subcoordinadora de microempresas, mientras un grupo de infantes recoge la cosecha de la temporada.
Este círculo escolar empresarial también se encarga de deleitar el paladar con Delicias Alimenticias del Cerro (Dace), una pequeña fábrica de productos envasados, como encurtidos, mermeladas, jaleas y confituras.
Otro mercado que acaparó el emporio de la Cerro Grande II fueron las decoraciones para el hogar con la compañía Detalles y Manualidades, donde las niñas y niños elaboran mantas, delantales, cortinas, así como adornos para baños, living y cocinas.
Mientras que Demaderas es la marca de utensilios y artículos para la casa fabricados en los talleres de ebanistería, como zapateras y cortineras, entre otros, siempre con el sello de los chicos y la cultura hondureña.
La última expansión del grupo estudiantil fue la empresa Sabrosos Panes Escolares (Sabropanes), una panadería recientemente inaugurada y bien acondicionada, luego de ganar un concurso de escuelas organizado por el gremio empresarial de Tegucigalpa. Zavala resaltó la importancia de esta competencia, ya que los estudiantes elaboraron un estudio de mercado para el negocio, lo que permitió ganar el primer lugar y 40.000 lempiras hondureñas (2000 dólares), fondos con los que compraron el horno industrial para la panadería.
Pero en la escuela no tienen que envidiar la estructura organizativa de grandes cadenas de comercio y producción porque presumen de un engranaje óptimo para que las microempresas no afecten la carga académica, según Zavala. En el centro educativo funcionan 25 secciones del nivel primario educativo, de primero a sexto grado, distribuidos en una jornada matutina y vespertina, para atender a 900 alumnas y alumnos.
En cada sección conforman grupos de diez a doce estudiantes para asignarlos en determinadas microempresas, explicó la docente, según el nivel de preparación de sus capacidades motrices y cognitivas. Para el caso, los escolares de primero a tercer grado solo participan en la manufactura sencilla de Detalles y Manualidades, mientras que en cuarto grado, inician un trabajo más elaborado con Agropec y Demaderas.
Finalmente, los estudiantes de los grados superiores (quinto y sexto) tienen mayor responsabilidad en los cultivos y la ebanistería, a la vez que entran en la industria, a pequeña escala, de los panes y envasados.
Según el programa, cada sección dedica tres horas a la semana al mantenimiento de la microempresa, en un período de tres a seis meses, según el tipo de compañía. De esta forma, en toda su vida estudiantil, los escolares exploran los cincos rubros, detalló.
Al mejor estilo de cualquier firma internacional, cada microempresa está dirigida por una junta directiva, pero en lugar de finos sacos y corbatas, estos altos directivos visten su uniforme escolar con camisa blanca y un pantalón de tela celeste, pues los protagonistas de esta aventura empresario-escolar siempre son los chicos.
«He aprendido a elaborar pan de yema, tortas de banano y pan de pan. Son varios productos que podemos iniciar un negocio en nuestras casas para generar ingresos», comenta Carlos Alberto Murga, vicepresidente de Sabropanes.
Fuente: escrito por Eduardo Domínguez y publicada por el Diario La Nación (20/09/2014) http://www.lanacion.com.ar/1728745-chicos-que-crean-y-dirigen-empresas-reales-en-la-escuela